Saber escuchar a veces es una experiencia nada sencilla.
Con frecuencia creemos que aquello que pensamos cada uno es la verdad en su más pura esencia, sin conservantes ni colorantes.
¡Qué bien nos sentimos cuando alguien nos escucha! ¡Cuando alguien es capaz de oír los latidos de nuestro corazón clamando desde un compartir profundo!
Nuestras palabras a veces nos pierden, dan una imagen de nosotros mismos que no se corresponde con la realidad que vivimos por dentro.
Por eso es importante quitarse el megáfono de nuestra verdad, razón, lógica... es importante cerrar la boca y abrir los oídos para ser capaces de llegar a los otros.
Por eso es importante quitarse el megáfono de nuestra verdad, razón, lógica... es importante cerrar la boca y abrir los oídos para ser capaces de llegar a los otros.
¡Que nuestras palabras nunca hieran al hermano y nuestros oídos acojan la realidad que mora en su corazón!.
PARA INTERIORIZAR:
¿Sé escuchar a los demás? ¿Y a mí mismo, a mi interior?
¿Cómo aprender el arte de escuchar?
¿Qué piensas de esta frase "Dios nos dio dos orejas para escuchar y una sola boca para hablar? ¿Qué quiere decir?
¿Cómo aplicar esta escucha interior en el tiempo de Cuaresma?