jueves, 24 de noviembre de 2011

LEMA:                   "DESPIERTA"                                          

AMBIENTAMOS:                                 


No podemos vivir adormilados, ni ir por la vida con el pijama puesto y la mente embotada pensando en el dinero, o en los regalos o en cosas que, en el fondo, no nos hacen ser felices. Adviento es tiempo de despertarse con alegría. El reloj del Adviento es reloj que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer despiertos, vivos, activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado.
Nos encaminamos hacia Belén. Se ve la Estrella en el horizonte, la cueva…Ahora toca dejarse prender por la vela del primer domingo, que nos impulsa a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño, sino en la senda de la búsqueda y del encuentro.
PALABRA DE DIOS: Mc 13, 33-37

« En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-"Mirad, vigilad: pues no sabéis cuando es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.

Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!
REFLEXIONAMOS
%  En la comparación que hace Jesús, hay dos papeles:
q  CRIADOS: cuya misión  era velar por la casa. Nos representa a nosotros, que tenemos que cuidar la amistad, repartir alegría, ser responsables, estar atentos a todos los que se acercan a nosotros. Cada uno debe estar en su tarea para preparar esa casa (su ambiente) y su corazón. ¿Cuál es esa tarea?

q  DUEÑO DE LA CASA: que no abandona la casa, sino que es seguro que volverá. Representa a Dios, que nos deja la casa (la Naturaleza, las personas, nosotros) para que la cuidemos hasta que vuelva, porque no es nuestra. Por eso, nos anima a ser centinelas, a estar despiertos y no dormirnos, a abrir nuestros ojos y nuestro corazón, a estar en vela y prepararnos para acoger al Señor que viene.


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